YO INMIGRANTE

Pueden ser muchos los motivos que mueven a las personas a salir de su país de origen, pero cuando hablamos de emigrantes sobreentendemos que la causa principal de estos movimientos humanos hacia tierras lejanas es la necesidad, la pobreza o la desgracia.

La mayoría de las veces, por no decir todas se ha relacionado a la inmigración con delincuencia o simplemente es algo mal visto al no ver lo que la inmigración está aportando al lugar donde llega, como el enriquecimiento de esta sociedad como seres humanos o nuestra fuerza de trabajo que se podría traducir en cifras concretas que cotizamos fielmente a la seguridad social tanto los que venimos de forma legal, como los llamados “sin papeles” que de una u otra forma llegan a contribuir al estado del país que los acoge.

Actualmente España es un receptor de emigrantes. Son personas jóvenes que no pueden sobrevivir en sus países de origen y están dispuestos a trabajar en condiciones y trabajos que muchos españoles no aceptarían nunca. La mayoría de inmigrantes latinoamericanos tiene un nivel educativo superior, pero también la mayoría ocupa puestos ajenos a lo que ha estudiado en el país de origen, la incertidumbre de decidir si Homologamos la Titulación o Grado Superior que se tenga en el país de origen, para poder acceder a mejores puesto de trabajo encierra con ello, otras decisiones de fin económico que muchas veces nos limitan.

Somos pocos los que ahora trabajamos en algo relacionado con nuestra carrera, pero la mayoría está ocupando un puesto de trabajo de muy bajo ingreso económico. Se trabajan muchas horas para poder tener dinero, para mandar y para sobrevivir en este país. El problema se acentúa con el desempleo entre los inmigrantes principalmente en el sector de la construcción.

Los países de la Unión Europea (UE) se han reunido para acordar una nueva ley de inmigración, sobre todo para los “sin papeles”: la llamada “Ley del Retorno”, la cual consiste en que los inmigrantes ilegales puedan ser detenidos hasta 18 meses y se les prohíba volver a entrar al bloque durante un plazo de cinco años. El proyecto de ley tiene aún que ser aprobado por la Euro Cámara.

La inmigración no se debería tratar como problema; es el fiel reflejo que en este siglo XXI se está viviendo; tomamos la decisión de venir a vivir a una sociedad diferente, donde existe otra cultura y otra forma de ver las cosas; adaptarnos a ella se debe hacer, sin olvidar nuestras raíces y costumbres; ser responsable y entender que tenemos que no solamente reivindicar derechos sino aceptar los deberes que el vivir aquí conlleva. Detrás de cada inmigrante está la nostalgia de la distancia y el deseo de volver. Hoy somos “nosotros”. Ayer fueron “ellos” y mañana podremos ser “todos”.

Lic. Magali Salazar Miranda. Socióloga residente en España